Evangelio

Dios y la creación

El hombre fue creado por Dios, a Su imagen y semejanza, puesto en el huerto para cultivar la tierra y vivir en una relación plena con su creador. Luego Dios manda que la humanidad se multiplique, crezca y forme familias. Que llenen la tierra y trabajen sobre ella.

Pero este hombre que Dios creó, como era la imagen de Dios, tenía voluntad propia. La capacidad de decidir; y así fue que Dios, luego de permitirle experimentar la plenitud de la relación con Él, permite al hombre tomar una decisión. Dios dice al hombre; “podés elegir entre el bien y el mal; entre mantenerte ligado a mí, o darme la espalda y vivir apartado de mí; entre la vida y la muerte”. Es así que el hombre levanta el puño contra Dios, y le dice “no te necesito; puedo vivir sólo y a mi manera”.

“¡No te necesito! Puedo vivir solo y a mi manera!”

Pecado y muerte espiritual

Con esto, el hombre muere espiritualmente; se desconecta de Dios. Entra al mundo el pecado y la muerte; la injusticia y la maldad. Pero el mayor problema del hombre no son las consecuencias del pecado; es que ahora, por causa de haber cometido un crimen contra el mismo Dios, está bajo un estado de condenación.

Ahora, podemos preguntarnos, ¿Cómo es esta condenación? Bueno, para entender esto, necesitamos entender que el hombre no ha levantado el puño contra otro ser humano; lo ha hecho contra un Dios justo. No se ha rebelado contra alguien que no tiene inteligencia; se ha rebelado contra un Dios santo, justo y perfecto. ¿Cuál es el resultado? Cuando el hombre comete un crimen contra otro ser humano, debe recibir la pena, condena o sanción que se le impute. Pero, siendo que el hombre peca contra un Dios eterno, ¿Qué es lo que el hombre puede dar para recibir el perdón de Dios? ¿Qué puede entregar para pagar la condena?

¡Absolutamente nada!

¿Qué queda entonces? Una pérdida total de la esperanza para la humanidad, hundida totalmente en la condenación eterna por causa del pecado contra Dios. Como Dios es eterno, y completamente Justo, no puede simplemente pasar por alto el crimen que la humanidad ha cometido. Y el problema, es que si Dios ejecuta Justicia, toda la humanidad debe morir; porque todos nos hemos rebelado contra Dios, tal como dice Romanos 3:10.

Sin embargo, en esta situación, Dios aún ama a la humanidad, todavía desea, al igual que en el origen, tener comunión con el hombre; aún desea que el hombre refleje Su imagen.

“Toda la condenación que el hombre debía recibir, Cristo la recibe al ser hecho pecado en la cruz en nuestro lugar.”

Restauración

¿Qué sucederá entonces? Si el hombre es pecador, y no puede entregar nada para saciar la justicia eterna, ¿Cómo puede ser posible la reconciliación?

Dios mismo es quien toma la iniciativa, y decide salvar a la humanidad. Él crea el plan de salvación para la humanidad. El Padre envía al Hijo al mundo, completamente Hombre y completamente Dios, quien vive una vida de perfecta obediencia; pero muere en la cruz condenado como pecador. El Justo por los injustos. Cristo, luego de vivir en plena comunión con el Padre y en completa y perfecta obediencia, decide entregar voluntariamente Su vida, para que el pecado de toda la humanidad le sea imputado, y la ira de Dios contra el pecado caiga sobre Él en la cruz del calvario. Toda la condenación que el hombre debía recibir, Cristo la recibe al ser hecho pecado en la cruz en nuestro lugar.

Y como a Cristo se le imputa nuestro pecado, Cristo mismo nos imputa a nosotros Su justicia perfecta; ya no demandando de nosotros ningún tipo de obra para ser salvos; no hay nada que el hombre pueda entregar a Dios para recibir la justificación por su pecado. Y así, Dios se acerca al hombre, y es Él quien toma la iniciativa.

El Evangelio

Ésta es la diferencia entre el Evangelio y las religiones; mientras que las religiones buscan la manera en que el hombre pueda acercarse a Dios, el Evangelio nos dice que ya Dios se ha acercado al hombre.

El evangelio es la buena noticia de que, a pesar de que el hombre decidió rechazar a Dios, Él, en Su eterna bondad, misericordia, y amor por la humanidad, no deja al ser humano abandonado, sino que se entregó y nos ofrece la salvación. Entonces, ¿Cómo es salvo el hombre? A través de la justicia de Cristo.

El hombre se arrepiente de su pecado, de su pasado de rebelión contra Dios; admite ser pecador, admite ser injusto; admite haber fallado contra Dios, y da un giro de 180 grados, dejando de dar sus espaldas a Dios, al aceptar Su perdón a través de Cristo y Su sacrificio en la cruz.

Conclusión

Y ahora, como consecuencia de vivir una vida reconciliada con el Padre, comienza a vivir una vida de santificación; no una vida de religión, no una vida de reglas, ética y moral; una vida de devoción a Dios, de relación con Él, de mayor conocimiento y cercanía, y, como consecuencia, de regreso al diseño original; de regreso a la imagen y semejanza a Dios.

Romanos 5:12 dice que “Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

Pero Romanos 5:19 también nos dice que “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”

Esta es la esperanza de la humanidad; Cristo, perfectamente Dios y Hombre, vive una vida completamente justa, agradable y obediente para con el Padre, se entrega en la cruz, muere, carga los pecados de la humanidad sobre sí, y resucita, para mostrar que tiene poder sobre la vida y la muerte; imputando Su justicia, y regresando al hombre la vida eterna, librándole de la condenación eterna, y volviendo al hombre al estado de perfecta relación con Dios.

Dios no busca más adeptos a su religión; Dios ama a la humanidad y por eso está haciendo un llamado al arrepentimiento, para obtener salvación eterna.
¿Qué me toca a mí? Responder. Dios ha enviado a Su hijo, pero espera que nosotros depositemos en Él nuestra fe para salvación. 

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